En nuestra Nación, el 25 de marzo de cada año se conmemora el Día del Niño por Nacer, fecha que fue refrendada por el decreto 1406/98 desde el 7 de diciembre de 1998. Argentina. Fue el primer país del mundo en contar con esta fecha, que hace mención a la concepción de Jesús en el vientre de María. Se basa en la Convención Internacional de los Derechos del Niño de la ONU, agregada a nuestra Constitución Nacional en el artículo 75 inciso 22, que en la misma se define como niño a todo ser humano desde el momento de su concepción hasta los 18 años de edad.
Desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), adherimos a la conmemoración de este día, reafirmando nuestro compromiso en favor de la vida del Niño por Nacer y de la madre que lo lleva en su vientre.
Está claro que el mundo entero está atravesando días muy difíciles, donde vemos que la protección de los más vulnerables no es un interés prioritario, ni está en la agenda principal de los gobiernos de turno. Desde que se creó la Ley 27.611 de “Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia”, conocida como Ley 1000 días, que tiene como objetivos proteger, fortalecer y acompañar el cuidado integral de la vida y la salud de las mujeres y las niñas y los niños en sus primeros 3 años, no hemos visto publicados los resultados ni los informes oficiales de la implementación de la misma.
Si bien es cierto que la aplicación de dicha ley es responsabilidad del Ministerio de Salud y que existe el deber legal de trabajar en conjunto con los programas de los demás ministerios nacionales y con las provincias, en la práctica no hay un seguimiento, monitoreo o evaluación de la implementación y de los resultados de dichos programas o políticas públicas relacionadas con la mencionada ley. No hay comités interministeriales, no hay articulación entre las áreas públicas y privadas de las diferentes jurisdicciones. No tenemos información pública y transparente de que al día de hoy se estén aplicando en las diferentes provincias incluyendo la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No tenemos constancia de que exista una asignación presupuestaria de recursos específica.
Es evidente que no estaría siendo una prioridad en la agenda pública. Las únicas cifras que aparentemente se monitorean y publican son los números de abortos realizados. Al parecer sería la única política pública que importaría, no solo asegurar el acceso a la interrupción legal del embarazo, sino la de alcanzar la mayor cantidad de abortos posibles en cada distrito. Si fuera así, sería muy triste además de macabro.
Esta situación es de alta preocupación ya que como Alianza resaltamos el valor de la vida de todo ser humano, único e irrepetible. Cada ser humano tiene un valor intrínseco como persona, reconocido por la ley y con derechos inalienables.
Defender la vida humana desde la concepción en el vientre materno, es una lucha que nos sigue convocando. La atención y el acompañamiento integral de la madre y el niño en los embarazos vulnerables continúa siendo una de nuestras prioridades; y en ello trabajamos a diario a través de diversas instituciones de nuestro ámbito pastoral.
Por otra parte, estimamos que resulta vital optimizar el régimen de adopción garantizando la misma -con los cuidados del caso- desde el momento de la concepción. Hoy es el Día del Niño por Nacer. Que no sea en vano.
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“…Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré, porque formidables son tus obras. Estoy maravillado… Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas, que fueron luego formadas, sin faltar ninguna de ellas”.
Salmo 139 de La Biblia.
Comité Ejecutivo
Buenos Aires, 25 de marzo de 2023