Trabajar en primera línea para terminar con la trata de personas
La trata de personas es utilizada en explotación sexual, trabajo forzado, mendicidad forzada, matrimonio forzado; para vender niños y como niños soldados, así como para extraer órganos. Las mujeres representan el 49% y las niñas el 23% de todas las víctimas de la trata. La explotación sexual es la forma más común de explotación (59%) seguida del trabajo forzado (34%). La mayoría de las víctimas de la trata son víctimas dentro de las fronteras de sus países; las víctimas de la trata en el extranjero se trasladan a los países más ricos.
En este sentido, existen factores sociales, económicos, culturales, políticos y de otra índole que hacen a las personas vulnerables a la trata. La pobreza, el desempleo, la desigualdad, las emergencias humanitarias, que incluyen los conflictos armados y los desastres naturales, la violencia sexual, la discriminación por motivos de género y la exclusión y marginación sociales, así como una cultura de tolerancia respecto de la violencia contra las mujeres, los jóvenes y los niños, aumentado exponencialmente en tiempos de pandemia. A esta realidad la sociedad toda, la Iglesia y el Estado, en un trabajo articulado, debemos hacer frente.
El tráfico de personas es un grave delito y una grave violación de los derechos humanos. Cada año, miles de hombres, mujeres y niños caen en las manos de traficantes, en sus propios países y en el extranjero. Prácticamente todos los países del mundo están afectados por el tráfico, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas.
El Día Mundial contra la Trata fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas a partir del 30 de Julio de 2014, ante la necesidad de crear mayor conciencia de la situación de las víctimas de la trata de personas. Como también de promover y proteger sus derechos, a lo cual invita asimismo a todas las organizaciones de la sociedad civil a sumarse.
Recalcamos y valoramos los esfuerzos de las personas desde todas las organizaciones sociales, y desde los organismos públicos, que luchan en primera línea contra la trata de personas. Gente que trabaja en diferentes aspectos: identificar, apoyar, asesorar y buscar justicia para las víctimas de la trata, y desafiar la impunidad de los traficantes.
Durante la crisis del COVID-19, el papel esencial de estas figuras de socorro se ha vuelto aún más importante, particularmente porque las restricciones impuestas por la pandemia han hecho que su trabajo sea aún más difícil. Aún así, su contribución a menudo se pasa por alto y no se reconoce.
Este día lo representa el Corazón Azul, que refleja la tristeza de quienes sufren la trata, al tiempo que nos recuerda la insensibilidad de aquellos que compran y venden a otros seres humanos.
Los Días Internacionales nos dan la oportunidad de sensibilizarnos ante estos temas tan importantes, y a su vez visibilizarlos frente a la sociedad toda, y los actores que se espera tengan una intervención especial a fin de terminar con este flagelo.
Desde ACIERA nos sumamos al reconocimiento a quienes trabajan en este área, y al compromiso de profundizar las acciones que estén al alcance de las Iglesias que componen esta Alianza. Para detectar, contener, y ayudar a toda persona víctima de trata, entendiendo la Fe en Jesucristo como camino a la verdadera libertad en todos los aspectos del ser humano.
La Palabra de Dios dice: “Tu adorno será la justicia. Y no tendrás nada que temer porque la opresión se alejará de ti, y nunca más se te volverá a acercar“ Isaías 54:14.
CONSEJO CRISTIANO DE LA MUJER DE ACIERA
Buenos Aires, 30 de Julio 2021
Suscribase a los envíos
Áreas de acción
Últimas noticias
- Llega la Tercera Cumbre del Consejo Cristiano de la Mujer
- El Cuarto Congreso de Lausana se desarrolló en Corea del Sur
- Conversatorio: proyectos de ley en favor de la vida en la provincia de Córdoba
- Primera Jornada de ACIERA – SEDRONAR: «Hacia una cultura preventiva»
- La Alianza reconoció a través del programa ‘Iglesia Presente’ a las fuerzas de seguridad de Almirante Brown